Buscar
+ info whatsapp
FachadaNajarra

Almuñécar Moderna

La Guerra de la Independencia (1808-1814) fue el punto de partida de la Edad Contemporánea española. Las tropas napoleónicas no llegaron a Almuñécar hasta mayo de 1810, y fue entonces cuando el alcalde de Otívar encabezó la rebelión guerrillera contra las autoridades francesas. Una vez que hubo tomado el Castillo de La Herradura lanzo ataques contra la fortaleza de Almuñécar y otros puntos de la costa granadina, almeriense y malagueña, manteniendo la lucha hasta el año 1812.

Durante el S.XIX Almuñécar padeció otras catástrofes como el terremoto de 1815, epidemias de cólera, crisis de subsistencia… A pesar de ello el sector dedicado a la producción de azúcar de caña experimentó una importante modernización a mediados de siglo, lo que se vio reconocido con las medallas que obtuvieron varios productores sexitanos en la Exposición Provincial de 1862, en el apartado de Industria Azucarera. Posteriormente el cultivo de azúcar de caña sería relevado por el de frutas tropicales, el cual ha llegado a convertirse en una de las señas de identidad del municipio. No en vano Almuñécar es uno de los mayores productores mundiales de chirimoya.

De la primera mitad del S.XIX data el Palacete de La Najarra, un pabellón neo-islámico con un hermoso jardín de reminiscencias andalusíes que hoy en día alberga la Oficina Municipal de Turismo de Almuñécar. Según la tradición, el edificio se construyó sobre una antigua casa árabe preexistente. Dª Encarnación Márquez Calvache encargó el proyecto a D. José Rubio Osorio, que empleó albañiles y artesanos de la ciudad marroquí de Tetuán para las obras.

El S.XX es una de las épocas más intensas de la historia peninsular. Almuñécar vivió, como el resto del país, acontecimientos como la Segunda República, la Guerra Civil, la dictadura franquista y la esperanzadora transición a la democracia.

Durante los años 60 y 70 el municipio experimentó un gran desarrollo económico, cuando fue descubierto como destino turístico a la vez que se incrementaba el volumen de producción de cultivos tropicales. Poco a poco la ciudad crece y se moderniza, aunque sin perder el sabor y el tipismo de los típicos pueblos blancos andaluces.

En el año 1900 se colocó en el Peñón del Santo la Cruz que corona este espléndido mirador asomado al Mediterráneo. Otros monumentos recuerdan el pasado milenario de Almuñécar, como el dedicado a los Fenicios, esculpido en bronce por Miguel Moreno Romera, o el Monumento a Abderramán I que se yergue a los pies del Peñón del Santo, rememorando el desembarco en las costas sexitanas del fundador del emirato andalusí allá por el año 755. Tampoco se olvida Almuñécar de homenajear al padre del andalucismo, Blas Infante, al que dedica un arco honorífico situado en la salida de la población.
El Monumento al Agua situado junto a la Estación de Autobuses, obra del escultor Miguel Moreno Romera y el levantado en honor a los Hombres del Mar que puede contemplarse a la entrada de La Herradura culmina este recorrido por la historia y el patrimonio de Almuñécar.

Certificaciones

Almuñécar La Herradura